Los niños quieren jugar, no importa la hora que sea o el momento. Estas son algunas propuestas de juegos para toda la familia que podemos preparar en casa.
1. Postales personalizadas
Si se acerca un cumpleaños o una fecha especial, será divertido confeccionar unas postales para enviar, cuando se pueda o para dar en mano cuando tengamos la oportunidad, a amigos y familiares. Necesitamos una cartulina del tamaño de una postal, pinturas y un lápiz o bolígrafo (además de un sobre y sello).
Dejaremos que el niño dibuje lo que quiera, a sí mismo, a toda la familia, un paisaje… Por el reverso, animémosle a contar brevemente cómo lo está pasando, qué hace durante el día, etc. Lo ideal es que el niño cree el texto y, al final, ponga su firma (si ya sabe escribir su nombre).
2. Una casa de cartón
O un coche, un avión… Todo es posible si tenemos una caja de cartón lo bastante grande como para que el niño quepa dentro. Para hacer la casa hay que colocar la caja con la abertura hacia abajo y recortar los huecos de la puerta y las ventanas (lo haremos nosotros).
El niño puede encargarse de decorarla: puede pintar las tejas, la chimenea, macetas con flores, un buzón, etc. Cuando la termine, podrá jugar con ella. Para hacer un coche, la caja se coloca al revés, para que el niño pueda meterse dentro. Él se encargará de dibujar las ruedas, los mandos, etc.
3. Guerra de almohadas
Es una estupenda forma de iniciar el día o de acabar la siesta. Lo ideal es que uno de los padres se alíe en secreto con los niños para sorprender al otro. Es una batalla inofensiva que requiere pocos medios (bastan unos cuantos cojines y almohadas) y grandes dosis de buen humor. Eso sí: al final, los contrincantes deben hacer las paces.
4. ¿Suave o rugoso?
En una bolsa opaca se ponen objetos variados: una esponja, algodón, un guante de fregar, un calcetín, etc. Los niños, por turnos, deben meter la mano en la bolsa, tocar un objeto y adivinar qué es. Cuando lo logren, sacarán el objeto y cogerán otro.
5. Un collage
A los niños les encanta coleccionar cosas y atesorar recuerdos. Seguro que tienen guardados recuerdos y objetos de viajes o cosas por el estilo. Con todo ello y una cartulina y pegamento podemos ayudarles a confeccionar un bonito mural para colgar en su cuarto.
6. Inventar un cuento
Es más divertido si los padres jugamos con ellos. Alguien empieza la historia y los demás, por turnos, van añadiendo un par de frases hasta completar el cuento. Lo mejor es que un adulto vaya escribiéndolo. El resultado suele ser un cuento muy divertido.
7. ¿En qué animal estoy pensando?
Un niño elige un animal y, sin decírselo a nadie, lo imita a la vista de todos. El que lo adivine ocupará su lugar. Y así sucesivamente. No vale hablar, solo gesticular y hacer sonidos.
8. Un móvil muy original
Se confecciona con objetos de todo tipo que tengamos por casa, siempre que sean pequeños e irrompibles, no pesen mucho, suenen al chocar entre sí y se puedan sujetar con una cuerda. Vale todo: cochecitos de metal, conchas y piedrecitas de mar, un CD inservible… Se anudan uno detrás de otro, formando una hilera, y luego se cuelgan en la terraza, en un árbol del jardín o en casa.
9. ¡Toca disfrazarse!
Es un clásico que no podemos dejar de mencionar pues nunca falla. A los niños les encanta jugar a ponerse en la piel de otros. Mejor que disfraces ya hechos, les gustará disponer de prendas nuestras (pasadas de moda o viejas), accesorios variados (bolsos, gorros, guantes y hasta zapatos) y mucha, mucha bisutería.
10. Juegos de ingenio
¡A ver quién dice más nombres de niña! (o de niño, o de utensilios de cocina, o de profesiones, o de juguetes…). El juego se puede ir complicando según el ingenio de los participantes. Se pueden pedir palabras curiosas, como por ejemplo cosas que quepan en una caja de zapatos, platos que se puedan comer con las manos, animales que no tienen pelo, o cualquier otro acertijo que se nos ocurra.